viernes, 9 de julio de 2010

Los niños son niños



En muchas ocasiones me preguntan los padres en consultorio y fuera del él, sobre el comportamiento de los niños, en ocasiones existe la demanda de bibliografía, para poder entender las etapas de los niños, en otras, un libro práctico donde explique de forma corta, clara y global las características de los niños.

Ciertamente existe una basta bibliografía al respecto, y bajo varias corrientes psicológicas. Son libros que además que son teóricos, por lo general los autores son especialistas por áreas y los padres no quieren ser terapeutas de un problema específico de la psique humana. Quieren poder entender a sus hijos, saber que están haciendo las cosas correctamente.
Es por ello que además de consultar bibliografía de los temas de su interés, los invito a hacer remembranza de su propio infancia.

Es decir, sobre los juguetes favoritos, los juegos favoritos, tu comida favorita. Que era lo que más te gustaba hacer en la escuela, las cosas que te daban miedo, las cosas que no te gustaban o que te aburrían. Que sentías y pensabas cuando te regañaban, que sentías cuando creías que algo era injusto. Cuándo veías cosas y no entendidas como te sentías. Como veías el mundo, todo era enorme, las mesas, sillas, casas, jardines, parques, etc., nuestra propia complexión y tamaño físico es un factor importante de cómo percibimos el mundo.
Recordar las cosas, acciones, pensamientos y sentimientos, es un ejercicio clave para entender a los niños. Cuando éramos niños todo era juego, la comida, la escuela, las reuniones familiares, la fantasía era un personaje importante en nuestras vidas. Con esto no niego la parte triste, frustrante, de miedo y angustia, cuando éramos niños no teníamos suficiente conocimiento para entender cosas y si Lo hacíamos en ocasiones era de forma transformada.

La invitación a hacer este ejercicio es que además de poder entender a los niñ@s , también ayuda a ser empáticos con ellos y así lograr desempeñar una paternidad asertiva, es decir, además de cumplir las necesidades básicas de los niños, es que ellos se den cuenta y sientan que son entendidos, escuchados y amados. Es importante tener en cuenta que no sólo cuidarlos es parte de la paternidad, sino que los niñ@s tengan la certeza de ello. Y así fomentar el autoestima y su seguridad.

Los niños son niños como nosotros lo fuimos, no hay claves secretas, el secreto está en ser empáticos con ellos, escucharlos, observarlos y conocerlos, responder a sus necesidades, guiarlos, cada cabeza es un mundo, cada niño es un mundo maravilloso que descubrir, cuidar, proteger y amar.

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