miércoles, 23 de marzo de 2011

El duelo en la infancia


El tema de la muerte por lo general es un tema muy complicado para hablarlo, ya que nos trae recuerdos dolorosos y el temor de nuestra propia muerte. Sin embargo, es un acontecimiento inevitable en nuestra vida. Vida y muerte siempre relacionadas. La muerte es nuestra única certeza y nuestro acto más íntimo.


Cuando una persona muere toda la familia se ve afectada, comienza una nueva restructuración dentro de la misma, se realizan diferentes rituales fúnebres, se reúne la familia , dialogan y se ponen de acuerdo de lo que harán (en el mejor de los casos) pero en ocasiones a los niños no se les hace partícipes, pareciera que quisiéramos protegerlos de algo tan dolorosos por lo que evitamos en la medida de lo posible que se enteren y que vean a la familia llorando, tristes, etc. Este aislamiento los niños lo pueden vivir como rechazo, además que causa angustia el no saber que es lo que ocurre, ver que todos lloran o que todos sus parientes están reunidos y el no forma parte de ello y no sabe que pasa. Y como el niño en todo momento necesita afecto, puede confundirlo como falta de afecto y causa mucha confusión en el niño.
Además que también extraña a la persona que murió sobre todo si es alguien cercano, como los abuelos, hermanos o padres.

Es importante incluir a los niños en todo el proceso de duelo de la familia, las reuniones, las ceremonias y rituales fúnebres, en la medida que se le hable al niño de la muerte y se le explique en término entendibles para él, disminuirá la angustia y en próximos cercamientos ante la muerte estará más tranquilo.

Existen varios casos clínicos donde las personas con enfermedades psiquiátricas, durante la infancia murió uno de los progenitores, o tuvieron una perdida familiar importante, se entiende que estos niños no tuvieron ayuda psicológica y no pudieron elaborar el duelo. Es por ello que es muy importante considerar llevar al niño a terapia para que pueda elaborar un duelo sano.
A veces cuando un niño no reacciona ante la muerte de un familiar, por el contrario, se porta bien, está tranquilo, juega, no llora, no hace berrinche, lo adultos piensan que lo tomó tan bien que el niño se porta muy tranquilo, es por lo que se confían y creen que el niño es maduro y por eso lo tomó así. Estas conductas no son propias de un duelo sano, es considerado un duelo patológico, él niño por naturaleza e instinto se sentirá desprotegido ante la muerte de un progenitor por lo que es normal y sano que lloré, haga berrinches y pida el regreso de alguno de ellos. Y así elaborar el duelo y pueda despedirse.

Otro punto importante en el duelo en la infancia es que como el niño está en proceso de desarrollo, emocional, cognitivo y físico, los niños elaboran duelos intermitentes, cuando tenga 6 años las dudas y creencias son muy diferentes a un niño de 8 años por lo que los padres deberán estar atentos de cualquier cambio en el comportamiento del niño para solicitar ayuda psicológica durante todo su desarrollo.

Y durante el duelo es crucial abrir canales de comunicación dentro de la familia, ya que por las características cognitivas del niño, a veces sienten que ellos son responsables de la muerte del familiar, se sienten culpables de no entender bien que pasa por lo que puede generar angustia. Así que si la familia se comunica, muestran sus sentimientos, los niños no se sentirán solos ante la perdida y entenderán que ellos no son culpables de lo sucedido. Podrán expresar sus sentimientos y conocer el de su familia, bajo el enfoque tanatológico la perdida de un ser querido puede traer también cosas buenas, un crecimiento personal, acercamiento con la familia.